Todo ocurre por una razón aunque no lo creas. Siempre habrá alguien que te
haga daño y habrá quien te haga feliz por muy mal que estés esa persona se
esmerará para sacarte una sonrisa. Que no hay cosas malas o buenas siempre,
todo tiene un término medio. No siempre estarás bien, pero tampoco tienes por
qué estar mal. Las cosas no son siempre del color de rosas. Siempre hay baches,
pero aprenderás a esquivarlos. Habrá días que no quieras ver el sol y otro que
sea el sol que no te quiera ver a ti. Que hay días oscuros, pero hay muchos
más, que digo, muchísimos más días claros. Algunos días desearas no haberte
levantado, y otros que no quieras que acaben. Que no importa de qué sabor sea
el helado, que solo importe con quien le compartas. Que a veces tú peor
enemigo, puede llegar a ser uno de tus mejores aliados. Preocúpate por los que
se preocupan por ti, a los demás que les den. Que a veces es mejor provocar que
suceda, que esperar a que pase. Lucha siempre por lo que más quieras. No te
rindas si lo ves con otra. No te derrumbes a la primera de cambio. Piensa que
si al mirarte te sonríe, pensó por un segundo en ti. Si te caes levántate, será
lo más heroico de la carrera. Si te piden ayuda dala. Si ayudas sin que te la
pidan te lo acabaran agradeciendo. Coge aliento y sigue por el camino en línea
recta y sin mirar atrás. Que aunque hayas perdido una batalla, todavía no has
perdido la guerra. Consigue tus objetivos. Márcate tus propios límites y supéralos.
Sueña que es posible. Vive la vida al límite. Vuela alto. Llora si es
necesario. No te aguantes la risa. Procura no molestar, y si lo haces tócales
bien los huevos. Grita, sueña, salta, ríe, llora, corre, vuela, sal,
diviértete. Pero sobre todo y pase lo que pase no olvides a quien tienes al
lado, a quien lucha por tu felicidad, porque esas personas se merecen una
sonrisa diaria, porque son los que comparten contigo día a día tu vida.