Vivimos una historia especial, única e irrepetible.
No me hables, no me menciones, no me recuerdes. Ni se te ocurra mirarme, o saludarme. Porque ya no soy tuya. Oh bueno; pensándolo mejor; mírame, adórame, habla de mi, recuerda mis besos, mis caricias y mis "te quiero". Cómete la cabeza observando como soy feliz sin ti. Así quizás te des cuenta de todo lo que perdiste por culpa de tu gilipollez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario